11/29/2006


Un Torso, Mierda y el secreto del Carnicero.

¡Mierda! es la primera palabra que se escucha, la luz aún se encuentra apagada, todos los espectadores esperamos, no sabemos que sucede, solo escuchamos como se arrastra Marcel, el personaje principal... para después compartirnos su historia.
Se trata de una Bizarra obra de teatro (escrita por Alejandro Ricaño, y finalista del concurso para el Premio Nacional de Dramaturgia Joven "Gerardo Mancebo del Castillo" 2005) que nos narra como Marcel, joven dramaturgo, no puede crear su primera obra de teatro, y desesperado por esto, un día asesina violentamente a una prostituta, amputándole piernas, brazos y cabeza, y robando el torso… luego escribe sobre el torso parte de una obra de teatro y lo guarda en un baúl... Marcel seguirá sin poder terminar su obra de teatro, hasta verse obligado a intentar realizar otro asesinato: el de Felicia, joven hija de la prostituta (la cual ronda por París pidiendo limosna cargando la cabeza cercenada de su madre)... así, Marcel se enreda en una historia de odio, desprecio y amor por la joven desgraciada, a la cual, incluso manda violar para poderse inspirar a escribir la obra que tanto ansía, así, se ve enmarañado en las manos de un cirujano que se auto apoda: El Carnicero... inevitablemente éste tendra que hacerle un aborto a la joven, provocando así la inspiración que tanto desea Marcel, y poniéndolo a escribir una oscura obra que será incomprendida y rechazada por la mayoría de los directores y actores de París... al final ni siquiera el público entenderá la obra de Marcel, mientras Felicia sufre por un pequeño secretito que olvidó decir el Carnicero: No sacó el torso putrefacto del Feto del vientre de ella.
Con un excelente final infelíz, se trata de una obra grotesca, con una historia bizarra y un escenario que resalta ese sentimiento de miedo-asco-morbo:
Cada actor va sobre una especie de pequeña plataforma con ruedas que tiene la forma de una armasón de tortura, muy a la idea de la serie de muñecos: "Tourtoured Sols" del 2001, serie Horror de Spawn, osea, de la serie de la foto que he puesto para iustrar este texto.
Conforme cambian de personajes (cada actor, excepto Marcel y Felicia, se mueven en estas armasones y cambian de posición mientras hacen los mismo con los personajes).
En fín, una obra fuerte, bastante cruda e infelíz, sin embargo, Más que Excelente!!!
Muy Recomendada: Teatro fuera de lo convencional.

Nota: desgraciadamente la temporada Otoño 2006 ya llegó a su fin, sin embargo, quizá próximamente se presente una nueva temporada.

11/24/2006


Ok, ahora si, para que no digan que no subo cosas divertidas, aquí está un video que me pasaron... chequenlo!! jajaja, se reirán mucho!!!
http://www.youtube.com/watch?v=6iAWst1zXkM

Si ya lo vieron, aquí tienen todo un Hit que rondará sus cabezas!! jaja, y lo andarán cantando en todos lados!!
PD: No, no es educativo!!! jajaja

11/19/2006


Y bueno, olvidando la desastrosa actuación de los Tiburones Rojos de Veracruz (que perdieron 6-1 contra las Chivas de Gdl) iba a subir la crónica del partido que se llevó a cabo en Veracruz, al cual asistí y donde el Tiburón perdió 2-1, pero como ya es algo que no tiene importancia, mejor les subo un cuento, no tan largo como el pasado, ni tan complicado.. ya es viejo, pero chequenlo.

El Lago Mayor

Era de mañana, Mr. Hill, hombre gordo de traje usado bebía café preocupadamente, recargado en el asiento de su oficina repasaba de nuevo las seis letras, escritas a mano, de una anotación en su agenda, la cual descansaba sobre el escritorio. Por fin, cuando se animó un poco, tomó el teléfono y exclamó: -Señorita Sánchez, ¿quisiera llamar a Andrea López?- ,mientras leía el nombre “Andrea” garabateado con la fecha del día, luego colgó el telefono, y pensó -¿será ella la indicada?-.
Mr. Hill era director de la revista Misterios, especializada en hacer reportajes sobre restos arqueológicos, tumbas desparecidas, seres de "otros planetas" y demás secretos “mágicos” de su país.
Alrededor de Mr. Hill existían rumores, realmente nadie sabía nada de él; aunque su apellido era extranjero, él no lo era.
Decían que se creía sacerdote de extraños cultos, realizaba ritos clandestinos, y ocupaba la revista para pregonar su ideología. Lo cual acababa con la poca reputación que ésta tenía.
Andrea no creía esto, pensaba que eran habladurías creadas por reporteros de Revelación, el semanario con el que competía Misterios.
–Hasta el nombre de esa revista significa lo contrario que la nuestra– pensaba cuando llegaban a ella los rumores.
Andrea había trabajado cerca de cinco años para Misterios, pero ya se empezaba a cansar, había tan poco que explorar en el país, que la mitad de la información publicada era inventada, -¿Cómo le harán los de Revelación?, seguramente igual- se decía constantemente.
Esa mañana había sido llamada a la oficina de Mr. Hill, entró a la oficina, la señorita Sánchez dijo aburridamente: -puede pasar-, Andrea se deslizó hasta el privado, abrió la puerta e ingresó.
-Buenos días Andrea- se escuchó una voz ronca, ella reconoció al hombre gordo que fumaba intranquilamente, -toma asiento, por favor-.
Andrea obedeció, luego esperó mientras Mr. Hill casi se ahogaba una bocanada de humo, el hombre gordo comenzó a toser, ella sonrió, él se molestó claramente, entonces, convencido de que era la indicada, comenzó a hablar: -Como sabrás, te he citado aquí porque nuestras publicaciones necesitan artículos frescos, tu sabes, para mantener público-, ella sabía a lo que se refería, las ventas de Misterios eran muy bajas, esa era otra de las razones por las cuales pensaba dejar la revista, y así se lo había hecho saber a Mr. Hill en otras ocasiones, quizá por eso la había llamado.
-lo sé, lo sé- contestó Andrea, quería que su despido fuera rápido, odiaba la voz de hipopótamo que escupía su jefe.
-pues anoche mientras veía tele, me topé con un mal programa sobre el “monstruo” (cuando exclamó esa palabra sonrió burlonamente, Andrea, al ver la sonrisa, tomó la palabra como un chiste) que habita en el Lago Mayor, cerca de la frontera del sur. He decidido que quiero un reportaje del lugar, y ¡tú eres la indicada!- dijo señalándola Mr. Hill.
Le pareció demasiado gracioso a Andrea, que “monstruo” hubiera sido exclamada de manera irónica, y no pudo contener la risa.
-jajajaja, si, lo conosco, es donde dicen los habitantes de la zona que vive un “monstruo”, ¿no?- dijo celebrando la broma, luego vio la cara seria del hombre gordo, y se calló instantáneamente.
Con un aire formal, Mr. Hill exclamó: -así es Andrea, pero no es más que superstición, tontos cuentos que narran los viejos para asustar niños, tienes que ir ahí y reportar una historia con fotos del monstruo-, ella sabía a que se refería su jefe: quería que inventara la historia y tomara fotografías de un falso monstruo.
-Señor, estoy cansada de tener que hacer esto todo el tiempo, creo que voy a renunciar- dijo Andrea con tono de amenaza.
Mr. Hill suspiró, aplastó furiosamente contra su cenicero la cola del cigarro que le empezaba a quemar los dedos, y comenzó a hablar: -Mira Andrea, hemos tenido últimamente muchos problemas contigo por éste tipo de cosas; si quieres renunciar ¡adelante!, éste será tu último reportaje, cuando entregues la historia, te pagaremos tu liquidación-
Ella no se esperaba una reacción así, se molestó bastante y dijo: - Bueno, así será, ¡le traeré su reportaje falso y me largaré de aquí!-, salió del privado rápidamente; en la oficina la miraba la señorita Sánchez, Andrea la odiaba desde que la había conocido. La señorita Sánchez iba a exclamar algo cuando se le adelantó la reportera, callándola con un gesto obsceno.
Luego salió de la redacción de Misterios, subió a su coche, lo encendió y manejó con rumbo al sur, al Lago Mayor.
Mientras fue niña, Andrea nunca se asustó con las historias que le contaba su abuela. Y ahora, 25 años después, continuaba riéndose de la ingenuidad de las personas, que a cualquier edad, creen ese tipo de cosas; quizá por eso había buscado trabajo en Misterios, para comprobar que no era verdad lo que los viejos narraban; al principio no le importó mucho que la publicación no contara con muy buen prestigio, pero después comenzó a crear reportajes sobre las cosas que ella tanto detestaba, afirmando que existían, por eso se había hartado de la revista.
Un poco después de medio día, Andrea llegó a la entrada para el Lago Mayor, se estacionó cerca, en la desviación a Cañales; bajó del coche, aún enojada, con una cámara fotográfica y comenzó a caminar por una calzada empedrada, convencida de que su reportaje diría que no había ningun monstruo en ese lugar, sin importarle lo que le hubiera dicho Mr. Hill; la hierba crecía entre las rocas mal acomodadas que Andrea pisaba cuidadosa de no resbalar, el camino descendía hasta un pequeño bosque de hojas amarillas, que como era típico de esos meses, comenzaban a invadir los árboles; cruzó rápidamente la arboleda, dejando tras de sí el chasquido de las hojas secas al ser pisadas, así llegó a la orilla de lo que parecía una gran llanura azul oscuro, calmada, fría, muerta.
Andrea quedó sorprendida al descubrir la extraña tranquilidad del lugar, con un silencio único, (le pareció raro que no hubiera ni pájaros cerca) en los alrededores, era un lugar tan tranquilo que daba miedo estar. Fue ahí cuando al fin comprendió porqué la gente que vivía en Cañales contaba tantas cosas sobre el lago, cosas que, aunque no fueran reales, con el sólo hecho de mirar esa líquida planicie te convencían de su autenticidad.
Andrea tomó unas fotos a la inmensa laguna que se encontraba frente a ella, lo hizo solamente para cumplir con lo que su trabajo le exigía, y se sentó a contemplar el paisaje; la tranquilidad del lago la hechizaba cada vez más, eliminando sus pensamientos de odio contra Misterios, y todo lo que ésta representaba.
No supo en que instante fue, pero de un momento a otro observó que un brazo salía del agua como pidiendo ayuda, Andrea no había visto a nadie entrar a nadar, pero se alarmó al instante, comenzó a gritar pidiendo ayuda, inevitablemente no había nadie a su alrededor, al ver que el brazo dejaba de luchar, tiró a un lado la cámara, cerró los ojos y se lanzó contra la plana superficie, para tratar de salvar al desgraciado que se estaba ahogando; el agua estaba helada y Andrea sintió como si muchas dagas se clavaran en su cuerpo, haciendo que se arrepintiéra de haber estado ahí en ese momento, no obstante siguió nadando para auxiliar a la victima; cuando alcanzó el brazo y se disponía a jalarlo fuera del lago, este apretó a Andrea y la hundió en las aguas, ella se aterrorizó al descubrir que en realidad era parte de la aleta de la enorme encarnación de todos sus temores, que la devoró de un bocado.
Mr. Hill sonreía en su oficina, tomó el teléfono y exclamó: -Señorita Sánchez, comuníqueme con el director de Revelaciones, (Mr. Hill esperó un momento, luego, al oír el saludo de una voz conocida, exclamó) el sacrificio se ha hecho, podremos descansar en paz, el próximo año te toca a ti enviarlo- Mr. Hill colgó el teléfono, luego lo volvió a levantar y exclamó: -Señorita Sánchez, ponga un anuncio en la revista solicitando nuevos reporteros-, después encendió un cigarro y observó por la ventana como la vida continuaba con su cotidianidad.

Jorge R. Negroe Alvarez

11/12/2006



Pirateándole un concepto muy chido (que mi falta de tiempo evitó que yo descubriera) de una compañera blogg-maniaca-literaria-anti pop. Aqui les traigo el:

Noviembre's Top Ten Mexican's Underground Songs.



10.- Comerciales - Radioactivo 98.5
Exelentes parodias-comerciales de la ya desaparecida estación radiofónica "Radioactivo 98.5"... con cualquiera de estos exepcionales sketches que se escuches basta para alegrar el día (bueno mas bien el instante porque cuando lo olvides, regresará tu frustración...) y quitar ese mal sabor de boca que nos crean los fracasos en la vida. No dejes de Escucharlos.
Recomiendo: La parodia de "Gimme tha Power" de Molotov...

9.- La Punk- Los Ezquisitos
Auténtico grupo de Culto Underground Rock-Surf, desde lo más obscuro del subterraneo, estos pioneros del new Surf mexicano, nos llegan con una rápida e incoherente melodía totalmente divertida, en fín, ideal para desestresar en aquellos momentos que te está llevando la chingada de tanto trabajo... desgraciadamente, es tan corta que después de escucharla te darás cuenta de que pudiste haber adelantado tus labores en vez de perder un valioso minuto de tu vida en desestresarte.
Advertencia: Puede gustarle a rezagados chavitos happy punks.
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Lost Acapulco, Yucatán a go-go

8.- El Espectro de la Laguna de San Baltazar- Los Pegajosos
Sin perder la línea del Surf nos encontramos a un grandioso grupo de la Ciudad de los Camotes, conocido también en varios estadillos fuera del suyo. Con una propuesta surf tradicional-semi espacial- a go go, este grupo se ha logrado concretizar en algunos importantes centros culturales de reunion para borrachos empedernidos (como lo es el chilango-camoterísimo bar "Deliciosa Bebida para Teporochos Para 2").
En fín, esta canción es una auténtica ola de acordes que te suben y bajan conforme te dezlisas sobre ella, por supuesto que existe el riesgo de resbalar y morir en el intento.
Rola recomendable para bailar en esos momentos de Surf Extremos que nacen en la semana después de haber estado el fín de semana en un toquín de Surf, o cuando hace mal tiempo y quisieras estar en la playa.
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Lost Acapulco, Los Satan's, Hawai Samurai

7.- Buscando- La Casa de Todos
Y bueno, para variarle tantito al Reggae Nacional aquí está una agrupación de muy buena vibra, que nos inunda en un Reggae bailable al extremo, con letras que nos gritan: "Vive la Vida de buena manera, deja todo ser y dedícate a disfrutar".
"Buscando" en especifico nos recuerda mucho esa famosísima canción del "Antidoping" que tanto prende durante (y fuera) de sus conciertos: "Juego a Muerte" (o para mayor información, la que corea "Salta Alto, vamos todo el mundo a bailar, Salta Alto, con el Antidoping a Gozar") por su buena energía para hacer que la gente se prenda a bailar y saltar sin descanzo.
Para cuando quieras saltar estilo Antidoping pero con una onda fresca, ideal en cualquier toquín de reggae, fiesta, peda de rastas o simplemente por escuchar un ritmo rico y saltable.
Nota: Este grupo le abrió a Los Pericos en su última presentación en Puebla (Septiembre del 2006), y este narrador fué al concierto, entonces, mientras esperaba para entrar, fué a cenar con unos amigos... para no hacerla tan larga, cenamos con ellos, sin saber que eran un grupo de Reggae.
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Antidoping, Mondongó, Los Guanabana

6.- Mr. Show- Nana Pancha
Como olvidar a esta clásica canción de ska-punk, la cuál con su pegajoso ritmo nos endulza el momento.
Se trata de un grupo del DFectuoso, con gran éxito entre los grupos de su estilo que se ganó muchos seguidores en todo el país con sus grandiosas rolas como Luna, Nana Pancha, Nana Punk, etc.
Aunque al sacar su segundo disco "Gayo" al parecer perdió tantos seguidores como había adquirido, aún asi no deja de ser La Nana Pancha!, que es recordada por canciones como ésta, que se trata de un Homenaje a Tin Tan: él es el Mr. Show al que se refiere la letra, lo cual es reafirmado con el fragmento de un diálogo de la película "El Hijo Desobediente" que se escucha en el declive de la música.
Canción especial para fiestas!!! para emborracharse felíz!!! o para entrarle al Slam!!!
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Kurado de Koko, Comandante Mono

5.- ¡Dejenme en Paz!- Yucatán a go-go
Divertidísima rola de este magnífico grupo de rock con casi imperceptibles toques de surf (las personas que no conocen a este grupo creen que se trata de un grupo de Surf, pero esto es debido a que en sus comienzos casi siempre tocaba con Lost Acapulco) la cual, chistosísima al nivel de los comerciales de Radioativo, pues nos habla de un niño que no se quiere bañar y grita con el coro: ¡Dejenme en paz!
Este grupo toca canciones para niños escritas "por niños de veintitantos", la mayoría ven graciósamente el mundo desde la perspectiva de un niño, con ritmos exelentes y letras chistosísimas, no podía faltar este grupo.
Óigase cuando se quiera volver a ser niño (y se esté cansado de tanto rasurarse y pagar impuestos), para sobrevivir a un Domingo Familiar, para acordarte que siguen vivos tus papás, y por supuesto para reír, saltar y quererle quitar la Chamba a Chabelo.
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Los Ezquisitos, Los Patita de Perro

4.- Yo no Voté por Martita- Palomazo Informativo.
Y sin salir del estilo guaza nos encontramos otro grupo cagadísimo, se trata de un trío de "chavos" que desde el 2002 tocan diferentes estilos: Reggae, Ska, Rock, Punk, Surf, Boleros, Chunchaca, Corridos, Metal, Rap, Rock and Roll, Son Jarocho, Ópera y más... (recuerda mucho a la "Botellita de Jeréz") comenzaron en el Canal 40 improvisando rolas sobre las noticias que ocurrían, y desde entonces ya han sacado 4 discos ("Hacienda, Te Odio", "Yo no voté por Martita", "Peje el Toro es Inocente" y "Fox You"), sus letras nos hablan de las magnificiencia de la vida Política en el País, tocando temas sobre Fox, Martha, Salinas, el Escandalo del Gober Precioso, el Peje, Elva Esther Gordillo, el muro de la verguenza, los Narcos, Zapatistas y demás protagonistas de la situación política mexicana, pero de manera graciosícima... burlándose y recalcando la política como se debe tomar para no deprimirse: De Manera Graciosa.
Esta canción data de cuando Martita subió al "poder" después de casarse con Fox, critica sus intentos de postulación para candidata, de lo de la "pareja presidencial", y demás pendejadas de ella y Fox.
Ideal para reirse de lo jodido que está el país, para matar el poco de nacionalismo que se tenga, para aprender algo de política o para sustituir las noticias de este grupo por las de López Dóriga.
Información: Para saber más de este grupo visita www.elpalomazoinformativo.com
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Botellita de Jeréz, Yucatán a go-go

3.- Diles que no me maten- Instituto Mexicano del Sonido
Increible propuesta electrónica creada por el DJ Camilo Lara, la cuál mezcla todo tipo de música méxicana: mambo, cha cha cha, bolero con Dance, lounge, pop y demás electrónica.
Esta canción se trata de parte de un texto de Juan Rulfo titulado "Diles que no me maten" leído por el mísmo Rulfo, con su fondo electrónico de toques lounge.
Actualmente tiene dos discos, ha tocado en varios lugares, incluso en el Vive Latino 2006 y en el Corona Fest.
No hay palabras, para describrir esta propuesta, debe ser escuchada por todo el mundo... es EXELENTE.. no por nada es el número 3 de la lista.
Recomendado para pasar el rato de lounge, para escuchar una propuesta nueva, para esos momentos en que te echas sin ganas de hacer nada, o para bailar al ritmo de tus abuelos pero con movimientos más modernos.
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Nortec Collective

2.- Tropecé- Zurdok
Aunque no se trate del todo de un grupo Underground, es sin duda ZURDOK! una de las mejores bandas mexicanas de todos los tiempos, y aunque no es ampliamente conocida, si es realmente más que exelente, originaria de Monterrey en su primera época comenzaron a cantar una especie de rock con toques de metal, después experimentaron con distintos instrumentos, volviendose un grupo alternativo por exelencia, actualmente se hace llamar Vaquero y cambió su propuesta, volviendola más pop-electronica.. en fín... esta canción es de su primera época, y como siempre con una letra genial, como en la mayoría de sus canciones.
Canción para escuchar en momentos de cursilería ácida (ojo, no me refiero a la cursilería rosita que sufre la mayor parte de la gente), antes de comenzar una buena depreción o durante una fiesta antes de que olvides lo que hiciste.
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Chetes, Vaquero

1.- Beso de Muerto- San Pascualito Rey
El Rey ha Muerto, Viva El Rey... San Pascualito Rey, es un santo que se venera en el estado de Chiapas y en Guatemala entre los indigenas, es dos entidades en una: San Pascual Bailongo, patrono contra algunas enfermedades y San Pascualito Rey, Santo de la Buena Muerte, un santo tipo la Santa Muerte.
Esta agrupación oriunda del DF, se define a sí misma como "Dark Guapachoso" o sea una mezcla de José José y Chabela Vargas con Portishead y Música Dark. Realmente una muy buena propuesta el poder escuchar dos géneros fusionados que parecían tan lejanos uno de otro.
Tienen dos discos: "Sufro Sufro Sufro" y "Deshabitado".
Esta canción trata filosofea, sobre la muerte y el amor, cohabitando todo en una sola pregunta: "¿A que sabe el Beso de Muerto?... De alguien es un recuerdo".
Música Ideal para esas tardes en que nos golpea el recuerdo de "aquel" o "aquella", para el Mal de Amores, para un funeral bohemio... Para la época cercana al Día de Muertos... A veces esuchado antes de Suicidarse... Exelente para oírse en las Cantinas... Ideal Para Berrear a Moco Tendido bajo los Efectos del Alcohol...
Advertencia: Produce los mísmos efectos depresivos-saca lágrimas que José José.
Grupos Relacionados con su estilo de Música: Ninguno.

Y bueno así termina el Noviembre's Top Ten Mexican's Undergrounds Sogs... Continuaré con esta tradición el mes que entra con una categoría diferente...

11/10/2006


Viva La Frida!!!

El Miercoles 8 de Noviembre, en la Pinacoteca "Diego Rivera" de Xalapa, se inauguró la exposición: Viva la Vida, dedicada a la vida y obras de Frida Kahlo y Diego Rivera...
Bueno, pues, el evento daría inicio a las 7:30 pm, pero se saturó desde mucho antes, con un indeseado resultado: La pinacoteca tuvo que cerrar sus puertas debido a las inmensas filas de personas que esperaban por entrar, dejando dentro al Gobernador, a Gran parte de su Corte Real, a perdiodistas, y a la poca gente que logro pasar, dentro se inauguró el evento y se presentó una obra de teatro donde Ofelia Medina hizo el papel de Frida Kahlo, también estuvo un Diego Rivera, y varios personajes más, incluida la Muerte!!
Sinceramente no pude ver la obra, pues fui uno de los desafortunados que (a pesar de colarse) se quedó fuera del inmueble.
Cuando terminó la obra, en la tarima de afuera, se presentó el grupo de Son Jarocho Los Cojolites, aunque desgraciadamente solo tocaron unos 20 minutos, el lugar estaba repleto de personas, y la gente pedía mas, por esto salió Ofelia Medina, junto con los personajes de la obra a cantarle al público, cantaron canciones bohemio-tradicionales Mexicanas.. como El Corrido de Frida Kahlo, La Marihuana, etc... cerrando con La Bruja... La gente se sorprendió (algunos se alegraron, otros se escandalizaron, pero al final todos la apoyaron) de ver a una Frida cojeando (y recuerdo sus palabras: Seré Coja pero Bien que Cojo!) apoyada en un representativo bastón de "hueso humano"... apoyando incansablemente a la APPO, Gritando consignas contra Ulises Ruiz, Fox y Martha... sin duda solo le faltó Fidel (aunque hubo gente pidió consignas contra nuestro blanco gobernador) vimos a una Frida Revolucionaria, Comunista, siempre a favor de los movimientos Sociales.. e inolvidable!!!
Desgraciadamente se terminó su show... pero continuó el Fandango, donde todos los jaraneros y jaraneras entraron a tocar, bailar y echar versos junto a los Cojolites...
La Exposisicón estará abierta para los que no pudios apreciarla hasta principios de Diciembre en la Pinacoteca Diego Rivera...
Sin duda, Viva La Frida, un aplauso a su memoria.
Solo faltó Lila Downs!!!

11/08/2006

Y bueno, ya encarrilado, aqui les traigo un poema...

El Errante Incomprendido.

En un día de indiscreciones
De esos de lluvia fría
Y palpitante agonía
Caminaba por las calles
El Errante Incomprendido.
Caminaba y se abría paso
En los vientos de la noche
Y las sombras que observaba
Le evitaban la mirada.
Con la vista y la cordura
Le escondían los ojos fijos,
La mirada inalterada
Y el rubor del brillo frío.
El tabaco calcinando
Las mejillas sonrosadas
Las falditas enseñando
Piernas gordas, asquerosas.
Lluvia helada congelando
Senos mal escotados
Flácidos y resbalantes
Grasosos y maltratados.
Con el ánimo en el suelo
La autoestima más abajo
Cuatro sombras soportaban
Los estragos del mal tiempo
Esperando por un cliente
Por un auto que las lleve
A una hora de trabajo
A una cama, a la muerte
Y quizá cafeína, con suerte.
Abrir piernas, ausentarse
Media hora, es la cuota
Mal pagadas por el viento
Que trae aire sabor nieve.
El Errante Incomprendido
Se detiene
Mira, observa,
Analiza
Nalgas planas o cebosas
Caras gordas, succionadas
Residuos de noches en vela
Residuos de penas
Máscaras tristes
Esencias baratas
Colores corrientes
Estilos transparentes.
El errante mira sombras
Fijamente
Llama una con la mano
Piensa en costos, consecuencias
Hace cálculos, saca cuentas
Ve la sombra, no se acerca
Otra vez llama, con palabras
Dos sombras voltean
No lo miran
Siguen aguardando
Impacientes.
El errante desespera
Corre, para frente a ellas
Quiere que lo observen
Que lo vean.
El tabaco corta el frío
Ilumina ojos cansados
Ilumina trajes viejos, desgastados
Bajo el agua congelante
Y la mirada fulminante
Del errante incomprendido.
Que se enoja, estira el brazo
Quiere atrapar una sombra
No le gusta que le ignoren
Trae dinero, trae trabajo
Trae diversión para un rato.
Agarra una blusa negra
La estira hacia él
La sombra ve como su escote
Es jalado hacia la nada
Se espanta, da la alarma
Las otras sombras la miran
Se sorprenden, tienen miedo
Ven un vestido alargarse
No es el aire, no es la lluvia
No es nadie el que tira
Es la noche por más que se mira.
Una sombra emprende huída
Mientras otra se persigna
La otra sombra se pellizca
La que es jalada se desmaya.
El errante incomprendido
Se sorprende a tal reacción
Pues parece no lo notan
Pues parece no existir.

El errante incomprendido
Va penando por la acera
Ignorado por las sombras
Ignorado por la vida.

Jorge R. Negroe Alvarez

11/06/2006

Saben? ya decidí dejarme de mamadas, por lo tanto ahí les va un cuento mío, lo chekan y espero criticas...

Se llamaba…
(Un salto).
Et, Comment est-ce qu’elle s’apelle?
Elle?, Elle s’apelle… La éternité.


Se llamaba Sol, se llamaba Blanca, se llamaba Luz, se llamaba Clara…
bueno, no recuerdo cual era su nombre, solo recuerdo que le quedaba bien: piel pálida y los ojos azules; fríos; ojos que disimulaban perfectamente su dulce carácter. (Un salto.)
Me acuerdo de ese hermoso halo terrorífico que la envolvía, que la hacía parecer un cadáver andante, una alucinante y preciosa espectro.
Sucedió al calor de una larga noche de Marzo. A ella la descubrí bajo el brillo de la Luna.
Esa tarde yo miraba el televisor, cambiando de canales constantemente, sin decidir que mirar, cuando una imagen me atrapó, era un hombre calvo de aspecto francés, DJ de nombre famoso, informando sobre su presentación, un evento gratuito de música trance,
-que ésta noche, en el centro de la ciudad: sobredosis gratis de música electrónica-. (Los cabellos flotan en el aire)
Dudé mi asistencia, acababa de volver de viaje, apenas era mi segundo día en casa, además, la transmisión de una excelente película alternativa (que yo ansiaba ver desde hacía meses) coincidía con la cita-electrónica.
Al final, un impulso indescriptible, de esos que te hacen pensar todo lo que podrías estar viviendo en ese instante, invadió mi ser…
Me dirigí al lugar indicado, a la (si había, era sin duda la de mi llegada) hora adecuada, y lo era no por que yo así lo quisiera, si no porque ya las estrellas se aferraban al cielo.
A pocas cuadras del lugar se notaban las filas de personas, extendiéndose infinitamente hacia la música. Así arribé, abriéndome paso entre calles llenas de gente, de hombres, de mujeres, de punketos, de neo jipis, de prostitutas… y ahí, en medio de todo, como si estuviera escoltada por miles de almas, estaba ella. (las piernas se estiran)
La avenida principal de la ciudad era bloqueada, las calles aledañas en la misma condición, el lugar desbordante de personas; y al centro: sobre un improvisado escenario de tablas, las consolas sonaban y un DJ comenzaba mezclar, predicando texturas multiorgásmicas al oído, la gente bailaba, volaba, disfrutaba; y yo, solo avanzaba hacia ese ser que provocaba mi fascinación.
La miré de cerca: piel de mármol, ojos de hielo, cabellos de trigo, belleza espectral, entonces, como si ya lo hubiera escuchado, como si hubiera vivido siempre sabiéndolo, exclamé su nombre: Sol-Blanca-Luz-Clara; no importaba realmente cual fuera.
Con solo mirarla supe que era dulce, que siempre sonreía por dentro. (la felicidad inunda pulmones)
Ella estaba con su novio: cabello de tierra, ojos cálidos, piel ocrácea, comentarios estúpidos; no me interesó. Me encontraba a pocos metros de ellos, sostuve la mirada sobre las hipnotizantes pupilas azules de Sol, sin parpadear, sin pensar.
El peso de mi vista fue advertido por ella, quien dirigió su atención a mis ojos. (los brazos se vuelven ligeros)
Todas esas psicodélicas mezclas de ritmos aumentaban mis emociones, elevaban mi conciencia, retumbaban mi pecho, invadían mis oídos, aumentaban mi atención en ella. Con la mirada le mandé un mensaje –baila conmigo-, ella entrecerró un poco sus párpados, como preguntándome entre insegura y sarcástica: -¿me hablas a mí?-; repetí el ademán, el tipo con el que Sol iba se percató de la mirada que ésta expresaba, me lanzó una estocada visual, observándome un momento, después vio al hombre de mi derecha, iba vestido de negro y se convulsionaba al ritmo de la música (mientras las drogas hacían efecto en su cuerpo), volvió a mirarme, lo hizo prestando más atención de la debida, y finalmente se detuvo a mi izquierda, en una joven con vestido de manta, cabello enmarañado, morral al hombro, belleza escondida y su éxtasis en el aire; la fulminó con la mirada.
Sol accedió a mi propuesta, susurró algo al oído de su acompañante, dejándolo pensativo, y se alejó antes que éste se pudiera arrepentir. (se vuelven plumas)
Se dirigió a donde había más gente, me buscó de nuevo con la mirada, llamándome con su congelante vista, yo miré de nuevo al novio, mientras me decidía, él parecía confundido, parecía meditar, no lo pensé más y me acerqué a ella, me abrí paso entre greñudos, entre peinados punks, entre rastas y estilos sobrecargados de ilusión; me abrí paso hasta su rostro, solo dije –hola-, ella repitió mi saludo, su voz me atrapó, era encantadora, escupía dulzura, rimaba arrítmicamente con el punzante ruido electrónico que nos envolvía, yo sonreí, no me imitó. (la gravedad es derrotada)
No me sentía con ganas de bailar, la música no nos permitía hablar mucho, haberla invitado solo era una excusa, una excusa para alejarla del patán que la acompañaba, para conocerla y para probar sus labios.
No quería hacer el ridículo; no lo pude evitar, en cuanto estuvimos juntos comencé a exagerar mis movimientos (al ritmo de la música), ella solo reía internamente, viéndome improvisar los pasos, sin embargo seguía seria, ocultándome su verdadero ser; al final, mis mal coordinados bailes lograron robarle una sonrisa, que quizá duró unos segundos, pero que se quedó grabada en mí memoria. (desterrada)
El acompañante de Sol desesperó, buscó a su alrededor, miró a lo lejos el cabello ondulante de ella y se acercó empujando, interponiéndose en el camino de todo el que tuviera enfrente.
Bailamos unos minutos, Sol volteó y miró al tipo que iba con ella, estaba a unos pasos suyos, fue hacia él, mis ojos la siguieron cuando lo abrazó, besó su cara, le dijo algo en voz baja y se alejaron juntos, él no me vio. (los pies flotan)
Me sentí tonto, miré a mí alrededor, estaba rodeado de parejas, alcé la vista, hacia el escenario, al hombre que sintonizaba su consola para seguir bombardeando de música a los presentes, era calvo, con audífonos del tamaño de su cabeza, ojeras, aspecto francés, camisa negra y aparatos caros, era el hombre del televisor.
Regresé mis ojos a Sol, miré su espalda huyendo de mí, la seguí. (el cuerpo se arquea)
Ella se alejó con el tipo a su lado, dirigiéndose lejos de la multitud, lejos de los sonidos distorsionados; caminamos tres cuadras, ellos delante, yo quince pasos atrás, siempre manteniendo la distancia; evitaba ser visible, no quería que él notara mi presencia, aunque ella sabía que iba tras ellos; así pasamos junto a una pequeña tienda de libros usados, a un banco extranjero, a una moderna casa azul de dos pisos, a una larga sucursal de autoservicio, a una mugrosa casa abandonada, y ahí, ahí fue donde la vi extender su mano color nube, acercarse a una polvosa ventana rota, acariciar los restos del cristal, cortarse, sangrar… (se impulsa, y luego se libera) volteó hacia mí, imaginé que me sonreía, su novio no se dio cuenta de nada; entonces avanzaron, ella extendió su mano a la pared, dejando un rastro de sangre, su acompañante le platicaba sobre las consecuencias de la última fiesta; ella seguía pintando un delgado camino de sangre en la pared, forjando el hilo que me perdería en un Minotauresco laberinto, que me llevaría a su juego, a sus brazos.
El novio se percató de que sangraba, se detuvieron, él extendió su brazo para tocar la mano de Sol, quien se dejó llevar, miró la herida, la acarició suavemente, luego intentó besarla, ella le arrebató la mano, evitando que esos labios profanaran su preciosa sangre.
Yo seguía tras ellos, avanzaron de prisa, Sol pegó de nuevo su mano a la pared, continuó creando la eterna línea roja. Acerqué mi lengua a la pared y comencé a lamer el camino que me dejaba, la sangre me supo dulce, más dulce que alguna otra que hubiera probado. (el aire resiste)
Los perdí de vista; tras de mí, a lo lejos, retumbaban los sonidos electrónicos. Seguí el rastro, besándolo, evitando que se desperdiciara, borrándolo a cualquier indigno. El rojo cordel me hizo avanzar dos cuadras, hasta esa tienda de ropa, donde una asqueada empleada se disponía a limpiar la sangrienta raya que dividía en dos el aparador, acababa de rociar jabón y un pañuelo iba a cortar el listón que me guiaba, buscando perderme para siempre en el infinito, corrí a empujarla para poder disfrutar el recuerdo de Sol, la empleada gritó y entró rápidamente a la boutique, el jabón me supo amargo. (los ojos tocan nubes)
A la vuelta de la tienda terminaba el rastro, junto a un farol de alumbrado público, en una puerta de madera vieja: la casa a la que pertenecía era antigua, con ventanas altas, dos pisos, pared descascarada (la luz me permitió descubrir sus diversas eras coloríficas) y techo de tejas. (una sonrisa acentúa la mañana)
Esperé enfrente, para descubrir si había realmente encontrado la casa de Sol; la observé por una hora, escuchando las vibras que venían del centro de la ciudad, imaginándome cómo sería la vida de ella, si llevaba toda su existencia penando el lugar, si acababa de llegar, o peor, si ni siquiera vivía ahí. Cuando la puerta se abrió salió el novio, lo observé, estaba despeinado, su labio sangraba, vestía una arrugada camisa beige y buscaba algo en sus bolsillos; de pronto, se detuvo viendo en mi dirección, desvié la mirada, sacó un cigarro, se lo llevó a la boca, manchó el filtro de sangre, extrajo un encendedor de su bolsillo, lo hizo funcionar, acercó el tabaco, lo prendió, aspiró, sus ojos me recorrieron de la cabeza a la cadera, dobló hacia la tienda de ropa y desapareció. (la cara sube)
Miré de nuevo la casa, una cortina se movió rápidamente: Sol me había visto. Toqué la puerta, nadie abrió, volví a tocar… calma absoluta, los mosquitos que revoloteaban en el farol comenzaban a venir sobre mí, me aterroricé y huí (lo peor de todo es que te roben sangre) corrí de regreso por los recuerdos de línea que me habían guiado a ella, corrí hasta regresar al rave, al lugar donde mis ojos habían descubierto a Sol, para que su imagen, junto con la música, me guiaran por vías indescriptibles. (los brazos se agitan)
Después de un rato pude observar al novio de Sol, se besaba intensamente con la joven de vestido de manta, cabello enmarañado, morral al hombro, belleza escondida y éxtasis en sus labios; la recordé, había estado junto a mí cuando él me observó por primera vez.
Entonces pensé que Sol no merecía estar con él. –Pero ya el tiempo lo dirá- exclamé, mis palabras se perdieron entre la música. (se gana altura)
Ese fue el primer encuentro. (se vuela…)

[Un salto.
Los cabellos flotan en el aire, las piernas se estiran, la felicidad inunda pulmones, los brazos se vuelven ligeros, se vuelven plumas, la gravedad es derrotada, desterrada, los pies flotan, el cuerpo se arquea, se impulsa, y luego se libera, el aire resiste, los ojos tocan nubes, una sonrisa acentúa la mañana, la cara sube, los brazos se agitan, se gana altura, se vuela…]

Se llamaba Blanca, se llamaba Luz, se llamaba Clara…
Sucedió durante una fiesta, una inesperada noche de Junio. (… Se mira el horizonte, ansioso de recibirnos)
Esa tarde sonó el teléfono, yo dormía, acurrucado sobre uno de los amarillentos sillones de la sala, el sonido me despertó, desplazando el sueño de mis oídos, con trabajo estiré mi brazo hasta la mesita de centro, donde descansaba el molesto aparato, que no cesaba de emitir chirridos, contesté con dificultad, acercando lentamente el auricular a mi cara: no era nadie, habían colgado, me molesté. El cuadrado reloj, que colgaba de la pared frente a mí, anunció que pronto anochecería, entonces recordé, había sido invitado a una fiesta, en una casa a tres cuadras de la mía, me levanté dirigiéndome a mi cuarto, tomé una toalla gris que se extendía sobre la cama y fui al baño, pasé frente al enorme espejo, no me reflejó; abrí las llaves de agua, colgué la toalla, me desvestí rápidamente y entré a la regadera. (el viento pesa)
La luna se extendía sobre esa noche, yo caminaba por la calle, gotas de agua resbalaban de mi cabello, iba vestido de negro, a mi paso, el calor comenzaba a ceder, devorado por la neblina que poco a poco se multiplicaba entre avenidas y callejones.
Me acerqué a la fiesta, había poca gente fuera de la casa y demasiada dentro, no reconocí a nadie de los que charlaban sin entrar, bebiendo ansiedades en botellas individuales de cerveza. Hasta mis oídos llegaron rápidos ritmos de guitarra, acompañados por un incesante repicar de tambores, y los gritos Punks-Emo del grupo que animaba la fiesta.
La puerta de entrada estaba abierta, entré empujando los cuerpos que se cerraban, formando paredes de protección para el grupo, que expresaba exceso de angustia, desde el centro de la sala. (el impulso se agota)
El lugar estaba repleto de marcas caras de ropa, de neo punks, estilos darks, algunos hippies perdidos, y bastante gente “Emo” con peinados que les tapaban media cara, bebidas muy cargadas y tristes atuendos, irradiando frustración.
Recorrí la casa, buscando reconocer caras entre toda esa jungla de sentimientos, pero solo encontré al dueño del lugar, un ex compañero mío de tendencias Emo, estaba en la cocina de azulejos blancos, donde una inesperada fila de personas esperaba llenar sus vasos en un barril de cerveza, mientras se contagiaban del deprimente ambiente que emitían los micrófonos. (nos detenemos en la nada)
Me dirigí a saludar al dueño de la casa, estaba de espaldas, con una camisa de horizontales rallas rojas y negras (que me recordó al personaje de alguna antigua película de horror), él platicaba con alguien mas, no alcancé a ver quien era, en el camino me ofrecieron una bebida preparada, la acepté, era púrpura, demasiado dulce de alcohol. Llegué junto a él, con el vaso en la mano y me llevé una sorpresa, hablaba con Blanca-Luz-Clara. Quedé mudo frente a ellos, parecía un sueño, mi sueño. Ella iba de oscuro, resaltando su blanco rostro, con el rubio cabello ondulado que le cubría poco más allá de los hombros y azules ojos aumentando su belleza. Después de que la conocí, no la había vuelto a ver, a pesar de que caminé incontables noches frente a su casa, siempre buscando sus ojos en una ventana o esperando toparme con ella, pero nada, esa vivienda parecía abandonada hacía siglos. Ahora por fin tenía a Blanca frente a mí, después de varios meses. Estaba tan sorprendido que olvidé dar la mano a mi ex compañero (ni tampoco noté que tenía algunos mechones color rosa y mucho menos que una argolla adornaba su labio inferior), él me la estrechó, levantándomela desde mi costado, luego nos presentó, primero dirigiéndose a ella: -Blanca, él es (dijo mi nombre)-, después a mí: -(yo), ella es Blanca-. Sus fríos ojos me congelaron en ternura, -Hola- me dijo con dulce voz (de nuevo), -Hola- contesté yo, deseando que me recordara, que recordara esa cálida noche de marzo en que probé su sangre… (en el vacío.)
Desde la sala nos llegó un agudo grito, que marcaba el final de una canción, dejando en el alma un profundo vacío, después vinieron los alaridos del público, que exigían nuevas dosis de agresiva depresión, la fila para la cerveza había disminuido. (El tiempo parece no existir)
Miré de frente los hipnotizantes ojos de Blanca, eran más bellos de lo que recordaba, estaban bañados en melancolía, sin embargo seguían pareciendo imperturbables, secos.
¿Me recuerdas?, quise preguntarle, pero decidí no hacerlo, parecía indiferente a mí; los tres platicamos casi una hora sobre tonterías, él sacaba los temas intentando que Blanca participara en la charla, para poder escuchar su dulce voz, ella se limitaba a emitir comentarios tan cortos como acertados, se sobre notaba el interés del dueño de la casa en Blanca; constantemente, la plática se detenía para escuchar la canción que estaba sonando, con coros cuyas letras, nostálgicamente belicosas, parecían excitar los sentidos del Emo-anfitrión. Alguien llamó a mi amigo, él se alejó, dejándonos rodeados de borrachos. Blanca sostenía un vaso con el mismo líquido púrpura que yo, y se entretenía bebiéndolo mientras miraba como el dueño de la casa tardaba más de lo imaginado, me sentí excluido; una oleada de ácidos acordes hizo vibrar a los presentes, la cocina se vació enseguida, todos corrieron a escuchar una canción que parecía ser el éxito del grupo. Ella suspiró, entonces dirigió sus pupilas a mí, me puse nervioso, no tenía nada que decirle, por fin solté lo primero que pensé: -¿conoces esa canción?-, era la primera vez que yo la escuchaba. (todo se encuentra estático)
Blanca asintió, después tomó un trago, y dijo, -Era una de las favoritas de mi ex novio-, cortó rápidamente las palabras, -¿lo recuerdas?- me preguntó, quedé helado, se acordaba de mí, -Sí- contesté, enseguida pregunté por él, -Descubrí que me engañaba cada vez que podía- dijo ella suspirando, miré hacia fuera de la cocina, los invitados saltaban empujándose, rápidos sonidos tristes invadían la cocina; instintivamente estiré mi mano libre, acaricié su cara, me miró seria, no esperaba eso, sus ojos me veían como evitando cualquier acercamiento, me arrepentí de haberle hecho la caricia, no quería ser rechazado, bebí un sorbo para darme valor, al final, ella sonrió, no lo soporté mas, debía decírselo, -Siempre supe tu secreto- exclamé un poco mas seguro, -¿Cuál?- preguntó ella entrecerrando los ojos, retándome a decirlo; la canción terminó y algunos regresaron a donde me encontraba con Blanca, incluyendo a mi Emo-Amigo, ella se acercó a mí, me abrazó y plantó un beso en mis labios, yo la correspondí, sus labios eran más deliciosos de lo que me imaginaba, cuando él llegó parecía molesto, traía un vaso con cerveza en la mano y casi lo azota contra una mesa al encontrarme besando a Blanca, después se acercó, -veo que se conocen bien- dijo dirigiéndose a mí, su voz estaba cargada de enojo, -ya nos conocíamos- informé, ella seguía abrazada a mí, -sálvame de él- susurró a mi oído, -lo hubieras dicho, así me habrías ahorrado las presentaciones- dijo el dueño de la casa a punto de estallar, -tranquilo- dije mostrándole los dientes, retrocedió asustado, -vámonos- me dijo ella, obedecí, salimos de la cocina, frente a la atónita mirada de mi (ahora) ex amigo-Emo. (congelado en el aire ) El grupo había dejado de tocar, los integrantes descansaban, rodeados de admiradores, una grabación de rock ligero era vomitado por el estéreo de la casa, otros más bebían, algunas parejas compartían besos; al advertir esto, quise besar a Blanca, evitó mi boca. Salimos de la fiesta abrazados, afuera, la neblina inundaba la ciudad, -¿Dónde vamos?- pregunté, -A mi casa- contestó, caminamos algunos pasos entre la niebla, luego se separó de mí, entonces me di cuenta: había sido usado por Blanca para huir de aquel lugar, perdiendo además, la amistad del anfitrión. Se adelantó un poco, yo le seguí; caminamos dos cuadras, siempre manteniendo la distancia, que parecía alargarse más a cada instante, decidí no acompañarla a su casa, ella seguía fría, indiferente a mí, perdiéndose entre la niebla. Me molesté, pensé en regresar a la fiesta solo; de repente se detuvo, llegué a donde se encontraba, estaba frente a un café, la amarilla luz que salía de éste se reflejaba en la bruma, resaltando la belleza de Blanca; miré al establecimiento, aunque estaba abierto, ningún letrero decía su nombre ni su condición de cafetería. Dentro, se veían unas cuantas mesas ocupadas, al fondo del lugar, había un escenario donde se encontraban en descanso: una batería, un par de guitarras, bajo eléctrico y saxofón, era el receso de los músicos. (los ojos no detectan movimiento)
-¿Entramos?- pregunté un poco fastidiado, ella me miró, había lágrimas en sus ojos, me sorprendí, -no- respondió sollozando, yo no entendía nada, -¿Qué pasa?- la cuestioné, -En este café conocí a mi ex novio, él trabajaba de mesero, yo venía seguido a escuchar Jazz-, mi teoría era cierta, en verdad conocía su secreto, ella no era tan fría como aparentaba, me parecía ridícula su gélida actitud, pero quería consolarla, me acerqué no sabiendo como reaccionaría, ella se lanzó a mis brazos, me abrazó fuertemente y lloró en ellos, -vamos a mi casa- dijo sollozando, caminamos juntos varias cuadras, abriéndonos paso entre la neblina, parecía que casi no había actividad en la ciudad: muchos locales cerrados, poca gente en la calle y un pequeño número de autos circulando la zona.
Llegamos a un farol de alumbrado público, junto estaba una puerta de madera vieja, la casa a la que pertenecía era antigua, con rejas en sus altas ventanas, dos pisos, pared descascarada y techo de tejas; era casa de Blanca. (la gravedad comienza prepararse para tragarnos)
Ella me invitó a pasar, metió una llave enorme en la cerradura y abrió, entramos, un sucio pasillo de rotas baldosas, entre las que crecía algo de hierva, nos recibió; ella cerró la puerta, provocando un gran eco, luego me guió hacia el fondo, hasta una horrible sala de polvosos muebles antiguos, cuyas paredes parecían ceder al tiempo; nos sentamos, mi ropa se llenó de polvo, parecía que esos sillones llevaban años sin uso; no me imaginé que la casa estuviera tan descuidada; una gran escalera se alzaba junto a los asientos. Ella lucía más tranquila, se había acomodado frente a mí, la miré, me miró, entonces exclamé: -sé tu secreto-, -¿Cuál?- emitió ella, parecía vencida, -Aparentas ser fría, y aunque tu pálida piel ayuda, en realidad eres cálida, tu sola voz te delata, escupes dulzura- confesé, Blanca me miró, sus preciosos ojos no parecían ya congelantes, eran ahora como dos pozas de aguas termales, ordenándome sumergirme en ella, -¿Cómo lo descubriste?- preguntó, -Siempre lo supe- contesté.
Nos besamos durante mucho tiempo, al final logré morder su cuello, dejando las marcas de mis dientes, ingresándola a mi mundo.
Una hora después, salí de la casa despeinado, mis labios sangraban, mi camisa negra estaba polvosa y arrugada, metí mi mano a la bolsa, encontré una cajetilla que ella debía haber dejado ahí sin que me diera cuenta, tomé un cigarro y lo encendí, manché el filtro de sangre, aspiré y exhalé, el humo de la nicotina se perdió entre la niebla, que estaba demasiado espesa, me dirigí a mi casa, pronto amanecería y debía llegar antes que el sol.
Nos habíamos quedado de ver la noche siguiente en el café sin nombre, el café de sus recuerdos. (para regresar las cosas a su perpetuo estado de movimiento…)
Ese fue el segundo encuentro.

[… Se mira el horizonte, ansioso de recibirnos, el viento pesa, el impulso se agota, nos detenemos en la nada, en el vacío.
El tiempo parece no existir, todo se encuentra estático, congelado en el aire, los ojos no detectan movimiento, la gravedad comienza prepararse para tragarnos, para regresar las cosas a su perpetuo estado de movimiento…]


Se llamaba Luz, se llama Clara…
Sucedió la lluviosa noche siguiente a la fiesta “de la inesperada noche de Junio”. (Los brazos se cansan)
Miré ansioso el reloj cuadrado, faltaba una hora para anochecer, la sala estaba en penumbras; yo estaba sentado sobre los sillones amarillentos, una mala película me ayudaba a sobrellevar el tiempo que me separaba de Luz. Afuera llovía, todo el día había estado igual.
Temí que Luz se hubiera arrepentido, que no fuera a nuestra cita, o peor, que sólo hubiera jugado conmigo, no podría soportar otra temporada sin ella; sin embargo algo me consolaba, ya tenía mi marca en su cuello y en su alma, ahora era como yo: Vulnerable a los deseos de la noche. (las piernas se encogen)
Noche, lluvia, calle, humo de cigarro, un tabaco en mi mano, zapatos húmedos, chamarra igual, gotas oscuras en el pelo, ansiedad en mi mente, desesperación en el cuerpo. Tenía cerca de dos horas que se había puesto el sol, el café sin nombre aún no abría, -y quien sabe si abrirá- pensé, al menos debía seguir esperando a Luz, estaba seguro que llegaría, tenía que llegar; hacía algo de frío, la nicotina engañaba con su falso calor, los calcetines me helaban los dedos, la nariz se me empezaba a cerrar… la noche avanzaba, solo perturbada por el monótono caer de la lluvia, mezclándose en mi preocupación.
Pasó otra hora sin rastros de Luz, el aguacero aumentó; llevaba casi fumada la cajetilla (algo irónico, pues apenas había comenzado a fumar la noche anterior) que ella me había dado, entonces me di cuenta que no vendría, la frustración me invadió, no podía perderla de nuevo, no podía esperarla una semana mas, no podía esperarla un mes, no podía esperarla la eternidad… Es mas, quizá no importara lo que esperara, quizá no la volvería a ver.
No lo soporté más y corrí contra la lluvia, hacia casa de Luz, avanzando varias cuadras, saltando charcos, con esa ansia que crecía cada mes más en mí y con un solo objetivo en mi cabeza: encontrarla. (los pies se vuelven piedra)
Las nubes lloraban, empapando la ciudad, contagiándola de su depresiva presencia.
Por fin, llegué junto al farol de alumbrado público, que parecía siempre estar encendido, a una puerta de madera llena de polilla, la casa a la que pertenecía era antigua, con ventanas altas, dos pisos, pared descascarada y techo de tejas. Llegué y toqué, nadie abrió, volví a tocar, ahora más fuerte, la casa parecía vacía. (descendemos)
La lluvia se había convertido en una tormenta, azotándose sobre mí, el farol alumbraba las incontables gotas heladas, me desesperé, fui a buscar alguien que me pudiera informar. Frente al lugar había una cortina metálica cerrada, junto, una casa, de un color que ni la noche ni la tromba me dejaban ver, tenía un solo piso, y una pequeña ventana con rejas parecía el único adorno, golpeé la puerta, pasó un minuto, mi cuerpo recibía directamente la fría lluvia, volví a tocar, -¿Quién?- preguntó una voz tras la puerta, el agua seguía cayendo fuertemente, -quisiera saber algo- exclamé, luchando porque mi voz (que se empezaba a enronquecer) venciera el ruido de la lluvia, -¿Quién es?, asómate a la ventana- insistió la voz, hice lo que me decía, un hombre como de cuarenta años me miraba asombrado, luego desapareció de la ventana, la puerta se abrió, la tormenta invadió el hogar, -pasa- ordenó la voz, entré, luego cerré la puerta, desterrando la tempestad. (los cabellos se aferran a la altura) El hombre era calvo y delgado, me observaba extrañado, yo estaba empapado, -espera aquí- dijo, esperé, regresó con una toalla blanca, me la extendió, casi se la arrebaté y me empecé a secar, -¿Qué sucede?- cuestionó, -quisiera saber quien vive en la casa antigua junto al farol- contesté, él me miró, -¿Por qué lo quieres saber?- su cara formaba una mueca incierta, esto me hizo dudar, varias ideas invadieron mi cabeza: ¿Acaso él odiaba a Luz y quería alejar de ella todo intento de felicidad?, ¿o era posible que también viviera enamorado de ella?, ¿o que Luz tuviera tantos pretendientes que él le hacía un favor despistando algunos?, ¿o que fuera algún celoso pariente esperando obligarme a jurar no volver a buscarla?. Lo observé, intentando manipular su razón, buscando obtener la respuesta que esperaba: “una preciosidad llamada Luz”, mi técnica parecía funcionar, -solo quiero saberlo- exclamé, sus labios se separaron, -dicen que vive una anciana, llevo veinte años viviendo aquí y nunca he visto a nadie entrar o salir - dijo, parecía sincero, afuera la tormenta había diminuido su intensidad, -gracias- contesté sin creerle, le devolví la toalla y salí del lugar, la lluvia volvió a golpear mi cuerpo, cerré la puerta y miré a la casa de Luz, seguía impávida. Crucé la calle hacia casa de ella, no podía ser cierto lo que el hombre me había dicho, quizá alguna de mis teorías sobre él era correcta, llegué y toqué, esperé, la puerta seguía igual, me enojé, toqué mas fuerte: nadie, pensé en regresar al café, quizá encontraría alguna respuesta. (el cuerpo se llena de plomo)
Salí rumbo al Café sin nombre, en busca de Luz, mi chamarra estaba tan húmeda que se me había pegado al cuerpo, corrí tropezando con los charcos que antes había esquivado, temiendo encontrar cerrado el café, temiendo encontrar vacío el local, temiendo no encontrar el lugar. (se pierde toda ligereza)
Llegué, el Café sin nombre estaba abierto, la tensión me abandonó, mi cuerpo temblaba de frío, pero algo me consolaba, por fin tendría respuesta, por fin sabría donde estaba Luz, ingresé, al fondo del lugar estaba un pequeño escenario, el grupo de Jazz tocaba, era un sitio bastante cálido, mi cuerpo se relajó. Casi todas las mesas estaban ocupadas, busqué a Luz, no estaba por ningún lado, -alguien la debe conocer- pensé, me senté en el primer lugar desocupado que encontré, el agua escurría de mí, mojando la silla y la mesa que ocupaba, poco a poco empezaba a calentarme, un mesero se acercó, me miró; -¿conoces a Luz?, antes solía venir seguido- pregunté, negó con la cabeza, -¿desea una toalla?- dijo, asentí frotando mis heladas manos, observé los demás lugares, buscando algo que me guiara a Luz, había parejas, grupos de amigos, y del otro lado del café: una joven sola, era morena y delgada, iba con un vestido rojo y le daba sorbos a un capuchino, el color del vestido me recordó el hambre que empezaba a atacarme, me pregunté si conocería a Luz, o tal vez, si acaso ella era Luz, estaba tan necesitado de encontrarla que todo me parecía confuso; iba a acercarme a ella cuando el mesero llegó a mí, me dio una pequeña toalla azul (probablemente robada del baño) agradecí, -¿algo de tomar?- preguntó, -por ahora no- exclamé, me sequé la cabeza, y miré al conjunto de Jazz (mientras se alejaba el mesero), un gordo cara de amargado tocaba con esfuerzo el saxofón, un pequeño hombre de bigote lo seguía en el bajo eléctrico, un canoso cachetón los acompañaba con la batería, una guitarra era tocada por un negro muy alto y la otra por un delgado extranjero, los miré, pero no me eran conocidos; me acerqué a la mesa donde estaba la joven de rojo, cruzando el café, llegué a su lado y me senté, (la tierra nos reclama) -hola- saludé, volteó a verme, era hermosa: tenía ojos negros y nariz chica, pero no se parecía nada a Luz; aunque quizá sí fuera ella, o tal vez supiera algo, -hola- contestó, la música era dulce, tanto que alentaba mi desesperación, me urgía saber algo de mi amada, -¿tu no eres Luz?- dije, -no- contestó tranquilamente, eso me exasperó, -bueno, pero ¿conoces a Luz?- cuestioné, ella me miró extrañada, -¿Cual Luz?- preguntó, -Luz, Luz, Luz, la única Luz, piel de mármol, ojos de hielo, cabellos de trigo, belleza espectral- exclamé, -no- dijo convencida, comenzaba a irritarme la calma con que se dirigía a mí, la atención del café estaba en el escenario, sobre el grupo que irradiaba calor en esa lluviosa noche fría, apreté mis puños, luego miré a la mesa de enfrente, una pareja se besaba, él parecía varios años mayor que ella, me levanté de donde estaba acercándome a ellos, les repetí la pregunta que le había hecho a la joven: -¿conocen a Luz?- y la respuesta fue la misma –No-, recorrí durante cuatro canciones, las veinte mesas ocupadas del café, preguntándoles a sus ocupantes si conocían a Luz, pero siempre recibía la misma negación, el mesero llegó a la última mesa ocupada, donde me encontraba preguntando, -por favor, siéntese en una mesa desocupada- me pidió, accedí a su petición, la ansiedad se transpiraba en mí, pero una sola idea evitaba que perdiera el control: quizá si esperaba lo suficiente llegaría Luz, quizá no había podido llegar puntual, quizá nunca era puntual al llegar a ese café sin nombre, a ese café perdido en sus recuerdos. (la sonrisa desaparece)
Pedí un té rojo sin azúcar, el grupo había comenzado a tocar una nueva canción, era bastante bailable, me impacienté, dirigí mi mirada a la puerta, afuera la llovizna se mantenía, -quizá llegue ahora que no hay tanta agua - pensé, busqué en mi bolsa y saqué la cajetilla, estaba empapada, intenté extraer el último cigarro que quedaba, se deshizo entre mis dedos, el tabaco que contenía se volvió azul, me sorprendí, miré la cajetilla, esa marca tenía años fuera del mercado, no recordaba la fecha en que vi la última, me turbé, ¿Qué podía significar eso?, el mesero se acercó, traía mi té, le pedí un cigarro, extrajo de su bolsillo una cajetilla de la marca mas común que hay, abrió el paquete y me extendió los blancos cilindros, tomé uno, mi mano temblaba, lo acerqué a mi boca, al ver esto, el mesero sacó un encendedor y encendió mi cigarrillo, aspiré, el humo me ahogó, no era como el de los que me había dado Luz, escupí el cigarro (casi encima del incrédulo mesero), una sensación de asco me invadió, le mostré la caja que se comenzaba a despedazar en mi mano, -¿no tienes de éstos?- pregunté con esfuerzo, -nunca los había visto- contestó sorprendido, me levanté rápidamente y salí corriendo del café, con dirección a casa de Luz, olvidando todo lo demás, (es la venganza de la gravedad ) la llovizna había recobrado casi la misma fuerza que tenía cuando yo había llegado al lugar, el mesero salió tras de mí, no había pagado el té; corrí dos cuadras con él detrás, me enojó que me persiguieran tanta distancia, volteé y lo enfrenté, se arrojó sobre mí, respondí con un empujón que lo hizo retroceder, tambaleándose, se preparó para un segundo ataque, pero me lancé sobre su cuello, sin darle tiempo lo mordí, hasta sentir como su cuerpo dejaba de luchar… (la mente anticipa el dolor)
Regresé a casa de Luz, toqué fuertemente, mi desesperación por verla era tanta que comencé a patear la puerta, las maderas que formaban la portezuela empezaron a fracturarse, seguí pateando, fuera de mí, cuando una voz del otro lado de la puerta preguntó -¿Qué desea?-, me dejó paralizado, -quiero ver a Luz- expresé calmándome despacio, seguía sintiendo las gotas sobre mi cuerpo; por fin se abrió la barrera que me separaba de mi amada, me emocioné, esperaba encontrar a Luz destruyendo el tiempo que se empeñaba en distanciarnos, pero apareció una anciana en su lugar, parecía más vieja que la casa, con el pelo excesivamente blanco, grandes lentes cuadrados, cara arrugada, vestido del siglo anterior y un bastón con incrustaciones de oro, -¿a quien busca?- cuestionó lentamente con voz cansada, -a Luz- exclamé, -aquí solo vive Alma- contestó ella esforzándose, quizá Luz no era el verdadero nombre de mi amada, -bueno, quiero ver a Alma- dije, -Soy yo- contestó despacio la vieja, la lluvia me pareció mas helada, me quedé callado, pensando que hacer, que decir, después todo me pareció una grotesca broma, -enserio señora, quisiera ver a Luz-, -se equivocó de casa - fue su lenta respuesta, la ira me invadió, entré empujando a la vieja, corrí por el sucio pasillo de rotas baldosas, entre las que crecía algo de hierva; corrí hasta el fondo, hacia esa horrible sala de polvosos muebles donde había estado con Luz, había goteras por todos lados, las paredes estaban cuarteadas, llevaban años sin uso, la madera de los sillones: podrida; me sorprendí de que la noche anterior yo hubiera estado en ese lugar; la casa estaba abandonada… (el suelo se acerca velozmente) no podía ser cierto, era una broma, sí, una broma de Luz, que me estaría esperando en alguna habitación, recorrí los cuartos, esperando que esa macabra sensación me abandonara, pero no encontré nada que no fueran objetos deshechos por el tiempo, subí las escaleras, arriba faltaban pedazos de piso, como pude avancé, la madera crujía cediendo a mi peso, no pude seguir adelante, tuve que regresar, pensé en interrogar a la vieja Alma, pero no la encontré por ningún lado, la puerta estaba abierta, tal como yo la había dejado, salí a prisa de ese horrible lugar, afuera ya no llovía. (las rocas (del piso) se afilan, se extienden para capturarnos…)
Ese fue el tercer encuentro (y quizá el último).

[…Los brazos se cansan, las piernas se encogen, los pies se vuelven piedra, descendemos, los cabellos se aferran a la altura, el cuerpo se llena de plomo, se pierde toda ligereza, la tierra nos reclama, la sonrisa desaparece, es la venganza de la gravedad, la mente anticipa el dolor, el suelo se acerca velozmente, las rocas (del piso) se afilan, se extienden para capturarnos…]


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Se llamaba Clara…
Sucedió en septiembre, el año siguiente a esa lluviosa noche de Junio.
Llevaba un mes sin televisión, se me había descompuesto sin razón aparente; por eso dormía el día entero, escuchaba la radio y salía por las noches para entretenerme.
Desperté, el sol acababa de ocultarse, me levanté de la cama y encendí el viejo aparato de radio, que me tenía aficionado desde hacía poco (ayudándome a llevar éste largo mes): sonó la 3era. Sinfonía en Sol mayor de Shevko, era un crescendo que elevaba mis sentidos; me quedé parado ahí, durante la media hora que duró la pieza, junto al viejo aparato, extasiado. (Los pies hacen contacto)
Escuchar a Shevko me dejó con unas terribles ganas de seguir oyendo música clásica, pero no sabía que hacer para complacerme, la temporada de conciertos acababa de terminar. Estaba pensando donde ir esa noche, cómo satisfacer mis ganas de escuchar esas estupendas melodías, cuando el locutor habló: -tenemos un anuncio para nuestros radioescuchas: esta noche en el gran parque de la ciudad, la orquesta sinfónica dará un concierto- la voz parecía ser de un simpático anciano, -tocarán desde Mozart hasta Stravinsky. Gracias, eso ha sido todo por hoy en su programa “odas al viento”-, la pieza de Brahms (que despidió al programa) mantuvo mis ojos cerrados de placer; después la transmisión se cortó, seguida de sonoros comerciales vacíos, apagué la radio, el anuncio me pareció una extraña coincidencia; pero al final no importaba, debía aprovecharla.
La noche comenzaba a ponerse fresca, me puse un sueter gris (el animo invadía mis pulmones) y salí en dirección al parque, quedaba del otro lado de la ciudad, revisé mis bolsillos, no tenía mucho dinero, pensé en llegar caminando, y emprendí la marcha.
Llegué despreocupado, vestía camisa oscura y pantalón gris, el clima, a pesar de ser frío, comenzaba a agradarme, por eso me había quitado el sueter muchas cuadras antes de vislumbrar el parque. (la onda expande el polvo cercano)
El concierto llevaba media hora de comenzado, la orquesta había logrado atiborrar el sitio, los lugares estaban ocupados, y demasiadas personas se perdían en el prado, escuchando el final de una fuga de Bach.
Frente al quiosco principal se alzaba un anfiteatro, en cuyo centro estaba colocados los músicos; en las gradas (rodeando a la pieza de Tchaikovsky que comenzaba) se podía ver todo tipo de personas: viejos con smokings, esposas en vestidos de noche, pseudo-intelectuales con pelo largo y camisas de manta, estudiantes de música, hombres con gastados trajes cafés, amantes de la música clásica, otras gentes.
Me paseé un tiempo en el parque, con el sueter descansando en mi brazo, caminando despacio entre las veredas, observando como la música movía armónicamente las hojas de los árboles, encontrándome con familias que paseaban calmadamente; de pronto, vi venir sobre el camino a un joven con una camisa de la marca que estaba de moda, lo reconocí, era mi ex amigo-emo, había dejado su look anterior, ahora únicamente vestía ropas caras, solo la argolla en el labio recordaba su antigua actitud; él caminaba de la mano con una hermosa joven morena, de ojos negros y nariz pequeña; me pareció conocida, pero no acordaba bien de donde, su memoria se me perdía en aquella lluviosa noche de junio, se me perdía en un café creado de recuerdos. Doblé en un recodo para evitarlos, no me vieron. (las rodillas resortean)
La sinfonía de Tchaikovsky estaba finalizando, me pareció sorprendente como la orquesta lograba llenar todo el parque de música, caminé varios metros; el entusiasmo asaltó de pronto mis oídos con una composición de Shevko, cerré los ojos, para sentir el aire que se volvía una tormenta de armonías; caminé sin rumbo fijo con los ojos cerrados; casi hasta el final de la pieza, unos violentos ladridos destruyeron mi envolvente tranquilidad, al abrir los ojos me encontré un perro labrador que me mostraba agresivamente los dientes, una niña lo intentaba controlar gritando su nombre y jalándolo de la cadena; fulminé al perro con la mirada, que convirtió instantáneamente su enojo en terror, un chillido escapó de él mientras se alejaba rápidamente, arrastrando a su dueña.
La orquesta empezó con Berlioz, me dirigí hacia el centro del parque, tratando de olvidar lo que acababa de ocurrir; luego de unos minutos, algo estremeció mi ser: allí estaba, a pocos pasos, vestía más oscuro que de costumbre, pero semejaba estar igual: piel de mármol, ojos de hielo, cabellos de trigo, belleza espectral; era Clara.
Una anciana la acompañaba, la examiné cuidadosamente: era Alma, parecía mucho menos vieja de lo que recordaba. (la fuerza del golpe se extingue)
Después de aquella lluviosa noche de Junio, evitaba pasar por la calle de Clara, no sabiendo que creer, hasta que por fin, después de varios meses, me atreví: la casa había sido demolida, un estacionamiento existía en su lugar.
Me acerqué a Clara, preguntándome si era o no real, su pelo parecía maltratado y lleno de canas, traía una blusa negra con cuello de tortuga, -¡Clara!- exclamé su nombre, ella volteó, estaba más delgada, tenía ojeras y su cara parecía gastada, -Hola- me contestó secamente dulce, noté que su felicidad luchaba contra la apatía que la dominaba, Alma me observó, la molestia invadía su cara, Belioz se alargaba, -¿Dónde has estado?- pregunté a Clara, ella intentó responder, pero la vieja lo impidió exclamando: -¡Donde debe estar!-, me sorprendí, no supe a lo que se refería, quise replicar, pero Clara me dijo: -Vete, por favor-, miré sus ojos, se perdían en el horizonte mientras la impotencia se adueñaba de mi razón, apreté mis puños, pero no me moví, Alma tomó del brazo a Clara y se alejaron de mi lado, me quede parado, sin comprender aún lo que había pasado; cuando reaccioné las busqué, pero no estaban por ningún lugar.
Caminé hasta una orilla del parque, Berlioz había terminado, la tempesta nel mare de Vivaldi comenzaba, me senté en una banca metálica, a poner en orden mis pensamientos.
Llevaba una hora sentado, la orquesta estaba a punto de acabar su presentación, estaba más que decidido en buscar a Clara, no me era posible volver a perderla, aunque no fuera la misma Clara que conocía, ésta parecía muchos años más vieja.
De la nada, Clara se acercó a donde me encontraba, parecía que había escuchado mis invocaciones mentales, -¿Qué haces?- preguntó tranquilamente, me sorprendí: primero de verla, después de que me hablara como si nada hubiera pasado. (se canaliza, se vuelve impulso)
-na nada- tartamudeé, luego tomando valor pregunté -¿Dónde has estado?-, ella me miró, dudó mucho en contestar, sus ojos parecían vacíos, parecía que no me contestarían, pero al final lo dijo: -Internada en una clínica mental-, -¿Qué?- pregunté sin creerlo -¿Porqué?- , -Sí, pero no te preocupes, ya estoy mejor- contestó, -¿por qué?- volví a preguntar, ella evitaba mis preguntas con sus respuestas -bueno, tengo que tomar varias medicinas, para controlarme un poco, pero ya estoy (casi) bien-, -¿quién te internó?, ¿Porqué?- repetí la pregunta, primero desaparecía más de un año, y ahora volvía para decirme que había estado en una clínica y que además debía tomar medicamentos; se me hacía totalmente irreal.
Me miró, parecía más vieja de lo que recordaba, -me internó Alma, no quería que le robara más juventud-, me quedé helado, sin saber el significado de esas palabras.
A nosotros llegaron unos gritos -¡Clara!, ¿Dónde estás Clara?-, ella se sorprendió, -es Alma- dijo -¡Vámonos!-, me extendió la mano, para que la tomara, para que ingresara a su mundo; me pareció que la cordura abandonaba a Clara, aún más de lo que yo creía.
-¡Vámonos!- repitió, parecía que la desesperación se adueñaba de ella, su mano seguía ahí, en el aire, extendiéndose a mí (una flor de la mano al corazón).
Dudé unos segundos (que se me hicieron infinitos) el huir con Clara; al final la quería tener a mi lado por la eternidad, pero su juicio parecía extraviado en la profundidad de sus cálidos ojos de hielo. (Los cabellos tocan hombros)
-¡Clara ven para acá!- Exclamó Alma, estaba a varios metros de nosotros, y se acercaba rápidamente, más de lo que su edad le hubiera permitido. Cuando Clara vio a la anciana, que se hacía más joven a cada instante, se puso nerviosa, mientras le brotaban arrugas bajo los ojos, -¿Vienes conmigo?- me dijo rápidamente, lista para correr tan rápido como la vejez que la atacaba le permitiera.
No contesté, me quedé sentado en la banca, viendo como Clara escapaba, más vieja a cada paso, con cada vez mayor esfuerzo. Alma se acercaba, más y más joven a cada instante, cuando pasó a mi lado se detuvo, la miré, era idéntica a Clara: piel de mármol, ojos de hielo, cabellos de trigo, belleza jovial, grandes lentes cuadrados, vestido del siglo anterior y un bastón con incrustaciones de oro, -¡Aléjate de mi hermana!- me gritó, una imagen atacó mi mente, la imagen de una novela corta que había leído, en que el protagonista se enamoraba de una joven, que resultaba ser el aura de una vieja. (los ojos se alzan al cielo)
No podía ser real, Alma se quitó los lentes y corrió ágilmente hasta la anciana, de vestido negro con cuello de tortuga, que luchaba por avanzar pocos metros adelante; cuando la alcanzó le dijo: -Ahora me toca a mí ser joven-. Me levanté rápidamente de la banca, acercándome a ellas, todo era tan irreal como mi propia existencia.
Alma me miró, era preciosamente idéntica a la joven Clara que yo había conocido, miré a la vieja Clara, sus ojos buscaban explotar en llanto, aborreciéndome por no haber escapado a tiempo, un impulso se apropió de mi razón, corrí hacia las hermanas, abracé a Clara sin detenerme, con esfuerzo la alcé y huí llevándola en mis brazos, entre más nos alejábamos recuperaba más juventud, Alma reaccionó cuando estábamos a algunos metros de ella, y nos siguió rápidamente, pero era inevitable, con cada paso que daba regresaba su vejez.
Me detuve hasta estar lejos del parque, esforzándome por no dejar caer a Clara, que sin darme cuenta, se había vuelto joven de nuevo, ella me miró agradecida, no soporté las ganas y la besé, me correspondió. (las piernas empujan más alto.)
Caminamos algunas horas, se hacía tarde, -¿Dónde irás ahora?- pregunté, -No sé, no quiero volver con Alma- contestó, -ven conmigo, a mi departamento- la invité, aceptó instantáneamente.
Nos acercamos al edificio donde se encontraba mi apartamento, -¿Qué hacemos aquí?- preguntó Clara asustada, -Aquí vivo- contesté con normalidad, -pero, pero aquí estuve internada- exclamó llena de terror, -¿Qué?- pregunté, entonces me di cuenta, estaba totalmente loca, -¿Porqué me traes aquí?- me gritó, -no te preocupes, es mi edificio, mira, mi apartamento está en el tercer piso, vamos, dentro te tranquilizarás- dije tomándole la mano, ella alejó su mano, luego se tranquilizó un poco, quizá pensó que su realidad estaba distorsionada, -necesito mi medicina- exclamó turbada, la abracé, -vamos, entremos- dije mientras nos acercábamos a la puerta, el portero abrió, estaba vestido de blanco, nos extendió un chaleco de plástico, del mismo color de su uniforme, Clara estaba serena, parecía no importarle nada, el portero y sus ayudantes nos pusieron los chalecos, amarrándolos por la parte de atrás, luego nos llevaron a nuestras habitaciones, separándonos, como sucedía cada noche en ese lugar, durante la eternidad.
El día me parecía durar meses, me parecía durar Marzo, Junio, Septiembre; me parecía durar años.
Ya no importaba Clara, esa noche nos olvidaríamos para siempre.
Al día siguiente, durante el receso, volvería a conocer a Sol, a Blanca, a Luz, a Clara… o como quiera que se llamara… y todo comenzaría de nuevo. (Otro salto.)

[… Los pies hacen contacto, la onda expande el polvo cercano, las rodillas resortean, la fuerza del golpe se extingue, se canaliza, se vuelve impulso. Los cabellos tocan hombros, los ojos se alzan al cielo, las piernas empujan más alto.
Otro salto.]


FIN.

Jorge R. Negroe Alvarez. Julio-Agosto del 2006

Yo se que igual se aburren pero chequen esto.. prometo que lo próximo que suba será algun texto mio, y ya me dejaré de conciertitos y cotorreos.

Puente de Todos Santos...
(Concierto de Placebo, Lo que recuerdo de Naolinco, Fiesta de Disfraces...)

me la viví intensa!!! ...

Martes.
Concierto de Placebo!!! me fui al DF en un tour que había, con unos cuates de la UX... nos fuimos chupando todo el camino, chelas y vino (compre una cajita de 6 vinos, "Selección" de Concha y Toro) bien chido, conocí a gente nueva, de otras escuelas también pero buen pedo.. jaja, resultamos tener amigos en común, y pues ya, nos fuimos chupando y todos cotorreando... paramos en Puebla a desayunar y ese día iban a tocar ahí los Tigres del Norte.. jajaja entonces donde paramos estaban los camiones de los tigres, y nos tomamos fotos ahí.. jajaja y pues ya después partimos al DF.. luego de un largo viaje, llegamos allá, al Palacio de los Deportes, debo confesar que fue mi primera vez ahí, y me sorprendió que fuera circular, yo pensaba que estaba mas grande, pero pues ya, primero compramos cosas afuera, yo solo le compre un poster gigantesco a una amiga que adora a placebo y no pudo ir al concierto, y pues, si me gusta mucho, pero no soy Fan, por eso no quise comprar nada afuera, quería comprarme una camisa oficial dentro... y ya entramos al concierto, me compré una camiseta oficial de la gira: aunque no está muy chida, si trae la gira atrás, y pues, mas bien por eso la compre... entonces entramos nos tocó del lado derecho del escenario, y pues, unos amigos que estaban en la “pista” o sea, en la parte del centro frente al escenario, me rolaron un boleto para que pasara con ellos, pero cuando lo intente, como el boleto tiene un código d barras y te lo leen con un lector láser, pues aparecía que el boleto ya había pasado, entonces llegaron lo de seguridad y casi me sacan del concierto.. por wey.. jajaja.. bueno, al final si pude regresar a mi lugar y ya de ahí pues si se veía bien el escenario y pues a disfrutar... estuvo de Webos!!!! mejor aun de lo que yo me hubiera imaginado.. aunque no tocaron: Pure Morning, y eso me traumo... en fin... regresamos al camión y en la salida toda la mercancía de placebo la estaban rematando los vendedores… a los que compraron las cosas caras les ha de haber dado un coraje… al fin regresamos a Xalapa, ya veníamos madreados y muchos durmieron, ah, me acuerdo, de ida me prestaron un Ipod, y estuve oyendo rolas de un grupo llamado: Caramelos de Cianuro... muy buenos, me encantaron, se me hicieron una especie de Yucatán a go go con toques de happy punk e incluso me recordaron a Ataque 77... en fin.. ya.. paramos en pueblas a las 2 am a comer algo y hacia un frío de la chingada, pero FRIO no chingaderas... jajaja, me dijeron "Cúbrete" y yo así bien machin me baje del camion cuando sentí el madrazo del frío casi quería hasta chillar.. jajajaja.. en fin.. ya comimos, morimos de frío y regresamos a Xalapa...

Miércoles.
Llegamos a Xalapa del concierto, me fui a mi casa dormir, luego desperté, hubo tamaliza en casa de una tía y de ahí me fui a Naolinco. Fui en camión, me quede de ver con unos cuates, pero los weyes no llegaron a tiempo, lo bueno esque me encontré a un tipo de mi escuela y a una ex venturilla por ahí… ja el chiste es que íbamos cotorreando los tres, ella, el cuate y yo en el camión y bebiendo vino.. jajaja ya luego llegamos y me fue a recoger Kike, un cuate que vive en Tuxpan, pero nos quedamos de ver en Naolinco, fue con su chava y pues, fuimos al mirador que es desde donde se ven las cascadas, ahí estaba kike con sus cuates cotorreando, ya luego bebimos un rato y regresamos al pueblo, bebimos mas y luego fuimos al panteón... ahí el kike agarró un hueso de una tumba que estaba abierta.. yo le dije k lo dejara pero el así de: "No hay pedo".. ja.. y pues ya luego fuimos al centro y los perdí, y pues, me fui de regreso al mirador porque me llego un mensaje de kike, que estaban cotorreando ahí, pues ya llegue y no estaban, pero encontré a los cuates con los que estaba, y ya estuve con ellos, toqué un poco de Son jarocho y luego se me olvido todo... no me acuerdo incluso como regresé a Xalapa, solo se que ya era de día y estaba en Xalapa... jajaja..
Bueno, cada noche del primero de Noviembre, se celebra el día de muertos en Naolinco, entonces, la gente les va a cantar a los muertos al cementerio y pasa a las casas a entonar canciones religiosas en los Altares de Muerto, las personas que habitan en la casa donde se pasa a cantar ofrecen a los visitantes tamales, mole, café, dulces e incluso Vino tradicional, bebida típica de este lugar. Últimamente, de unos años acá, va mucha gente de Xalapa solo a emborracharse, y a la gente local eso no le parece, tan es así que el año pasado lo hicieron la fiesta un día antes, para evitar a los turistas.

Jueves.
Regresé a Xalapa sin acordarme como... luego me fui a mi casa a dormir,y ya dormí, en la tardecilla desperté, mi hermano me llevó a una fiesta de disfraces en casa de una amiga, pues, ya fui disfrazado de "Che Guevara" (predecible) y mi hermano de doctor, pero como es medio gordito era el "Doctor Simi" jajajaa.. un wey fue disfrazado de uno de esos pseudo punketos k van a los conciertos de El TRI osea, todo punketo hardcore madreador, pero ps.. jajaja, la verdad como siempre se viste así el wey, pues, jajaja decían que no venia disfrazado (aunque lo mismo me dijeron a mi), la chava de la fiesta era un hada con alas tan grandes que le andaba picando los ojos a todos, y su hermana estaba disfrazada de prostituta del oeste, fue hasta un wey vestido de Helado!!! jajaja... y pues, estuvo chido el cotorreo, cuando llegamos yo traía una botella de vino (si, aun quedaban vinos) pero se me rompió en la sala, y bu.. el papa se dio cuenta, y pues, nos regaló una botella que tenía de vino y nos compró otras 2.. jajajaa... estuvo chido, aparte chelas y ponche con piquete.. y pues cotorreo con los cuates...

Viernes.
Descansé en casa, ni siquiera fui a la escuela... ja…

Sábado.
Escuela: en la mañana Seminario de Derecho, y en la tarde Derecho Romano, pero el maestro de Romano no fue, y dejó hojas para que estudiemos porque el próximo sábado hay examen... y pues.. de ahí me fui a mi casa y ví a los TIBURONES GANALES A LAS CHIVAS!!! jaja.. ya con la emoción me fui al Rockampeonato Tel cel, que fué en el Museo del Transporte... fue bastante gente, aunque se supone que se necesitaban entradas, después de cruzar la puerta había stans de Motorola, Nokia y Sony, y pues, si traías algún celular de cualquiera de esas marcas te regalaban una playera, la mas chida era la de Motorola, y pues mi celular es Nokia pero me forme en la fila y enseñe uno que me haíian prestado.. jajaja.. y ya camiseta y un disquillo chafa gratis.. y pues, estaba Zoe dando autógrafos y fotos... y ya luego empezó el concierto, abrieron "Los Odio", luego tocaron las bandas locales (Atico, Shelvi, Ictus, L’via y otra banda que no me acuerdo pero que todos abuchearon) y Ganó L'via el Rockampeonato de la Zona, después tocaron "Los Dynamites" y cerró "Zoé" la neta yo creía conocer rolas de Zoe, pero me di cuenta que no me gustan: solo me supe 2 canciones... jajaja.. ni pedo. Cuando termino nos fuimos a seguir el cotorreo con los Shelbi, otra de las bandas que tocaron.. ja.. y ya luego a mi casa a Dormir..

11/05/2006


Lila Downs en Xalapa!!!
Bueno, el pasado día 22 de Octubre se presentaron en el parque Juarez de Xalapa, gratis: Paul Livingstone, David Haro, María de Barros y Lila Downs.
Fue un espectaculo parte del "Festival Olmeca", importante evento que se realiza desde hace poco en algunas poblaciones perdidas en el estado de Veracruz, y por supuesto en Xalapa.
Bueno, dejemonos de formalidades, el concierto de Lila Downs estuvo poca madre!!! en un parque llenísimo de gente que aprovecho el concierto gratuito.
Primero abrió Paul Livinsgtone, que toca el instrumento indú ese raro que toca Apu, el que es como una guitarra larga (disculpen mi ignorancia en cuanto al nombre), pero la verdad la conbinción de mi falta de aprecio hacia este tipo de música y la cruda de la borrachera del día anterior hicieron que me pareciera de Hueva... Después tocó David Haro, un trovador que ganó no se que concurso no se donde, y la verdad tenia una que otra canción chida, pero sin salir de la categoría de Hueva!!! jajaja, ya las cosas se animaron cuando comenzó a cantar María de Barros, una cantante de Costa Verde, una isla perdida frente a las costas de Africa, donde hablan portugues criollo, bueno, pero regresemos al tema, la verdad María de Barros nos prendió mucho con sus mezclas de una especie de Bachata, con Ballenato y toquecillos de Samba.
La verdad, habían rumores de que Lila Downs venía a Xalapa, y siendo una cantante de esa categoría, pensé que el evento sería en un lugar como el Museo del Transporte, y que además costaría carísimo, cosa que me desanimaba, pero no lo pude creer cuando me enteré que sería gratis.
Regresando a la crónica, para cerrar la noche llegó con sus típicas trenzas la esperada Lila Downs. La gente se emocionó y se comenzó a parar, incluso me tube que subir a una jardinera para poder ver, en fin, dió un grandioso espectaculo vestida con un traje tradicional y sus largas largas trenzas, cantando rolas como: Tacha la Teibolera, La Cucaracha, La Iguana, etc.. cerrando magistralemente con Laila... Satisfaciendo a sus cientos de seguidores que estuvimos ahí, viéndola gratis.
Un apaluso para Lila Downs.

Y para los que no saben quien es Lila Downs:

Cantante
Fecha de nacimiento: Nacida en 1968
Lugar de origen: Su madre era mexicana y su padre era de los Estados Unidos y Lila ha vivido en los dos países.
Lila Downs creció en las montañas de la sierra Madre en Oaxaca. Su padre fue a México para grabar un documental y conoció a Anita, la madre de Lila. Anita era una cantante mexicana con raíces indígenas. Lila tenía el mismo talento que su madre y empezó a cantar cuando tenía ocho años. A los catorce años fue a Los Angeles para tomar clases de voz y luego continuó sus clases en Oaxaca, México.
Lila decidió trasladarse a los Estados Unidos para la universidad. Ella estudio antropología y música en Minnesota. Lila quería ser una cantante de ópera pero no le gustó la facultad y dejó sus estudios. Ella luchó con sus dos identidades y “sentía avergonzada de ser mitad norteamericana y mitad india mexicana.”*
Después de pasar un tiempo como una hipe en los Estados Unidos, Lila regresó a México. Las mujeres indígenas de las montañas de Oaxaca enseñaron a Lila tejer tela. Luego, Lila hizo su tesis sobre el simbolismo del arte que creaban estas mujeres.
Lila empezó su carrera de cantante en los clubes de Oaxaca. Ella colaboró con Paul Cohan, un americano que tocaba al saxofón. Aparte de escribir canciones, ellos además eran amantes.
Las historias de mexicanos que cruzaban la frontera ilegalmente a los Estados Unidos inspiraron las primeras canciones de Lila. Su primer disco estrenó en los noventas y se llama La Sundunga. Ahora, su grupo tiene cuatro discos y ha viajado por Europa y las Américas.
Lila grabó algunas canciones para la película Frida y en 2003 cantó una de ellas durante los Oscars, ¨Burn it Blue¨. Lila tenía dudas en qué idioma debería cantar. Al final decidió mezclarlos y también incorporar las lenguas indígenas de México en sus canciones. Lila ha admitido que “por el medio de la música he podido cambiar mi parte mexicana con la estadounidense…ahora ya he podido reconciliarme conmigo misma, y estoy muy orgullosa de quien soy.”*